¿Miel o sucedáneo?

¿Tiene aditivos la miel o es un producto 100 % natural como dice su publicidad?

Examinemos esta composición:

Miel

Seguro que está pensando que el producto cuya composición se detalla no es miel o por lo menos no es la miel natural que se extrae de las colmenas, sino un preparado a base de muchos azúcares y con un montón de aditivos.

Pues se equivoca completamente querido lector si se le está pasando por la cabeza todo esto. Le voy a dar varias razones:

  1. La composición de esta miel es la misma que tomaban nuestros antepasados desde hace, más o menos 5.000 años, quedando constancia de este hecho en las imágenes representadas en la cueva de “La Araña” en Bircop (Valencia) donde prehistóricos homínidos se servían de sogas para acceder a una colmena situada en un resquicio, en lo alto de una roca.
  2. Cualquier miel que usted puede encontrar en un supermercado carece de aditivos y de sustancias adulterantes por estar prohibido.Si la miel se la suministra una persona de confianza o usted es productor, tiene que saber que esta es la composición de la miel del bosque, no hay otra.
  3. Los números E que aparecen en su composición son sustancias naturales cuyas propiedades aprovecha la industria alimentaria como aditivos para mejorar la calidad y la conservación de los alimentos.

¿Todavía no se lo cree verdad?

Me parece muy bien su escepticismo, por eso vamos a analizar una por una las sustancias que llevan el número E y que forman parte de dicha composición.

Empezamos por los ácidos orgánicos que componen la miel. Dentro de ellos, tenemos en primer lugar, el ácido málico (E-296). Este ácido es uno de los más abundantes de la naturaleza y se encuentra sobre todo en verduras y frutas con sabor ácido, como las manzanas, los membrillos, las uvas y en la miel. Se utiliza como acidulante en refrescos.

En segundo lugar tenemos el ácido succínico (E-363), se llama también ácido butanoico y forma parte del Ciclo de Krebs que tiene lugar en nuestras células. Se encuentra además en frutas, verduras, hongos y ámbar, utilizándose como acidulante y como potenciador de sabor en productos de panadería y confitería.

El último ácido orgánico a analizar es el ácido cítrico (E-330), componente de frutas como los limones, limas y naranjas. Aunque le parezca extraño, este aditivo lo utilizamos frecuentemente en nuestras cocinas ya que forma parte del zumo de limón. El ácido cítrico es el antioxidante presente en el limón que impide por ejemplo que la fruta cortada se oscurezca.

Vamos a analizar ahora el siguiente grupo con número E que compone la miel, los polialcoholes. Muchos de ellos le sonarán porque son sustitutos del azúcar en algunos productos light.

Los polialcoholes derivan de los azúcares tras un proceso de hidrogenación. El primero es el sorbitol (E-420), que se encuentra de forma natural en frutas como cerezas y ciruelas. No es cariogénico y evita la formación de cristales de sacarosa y glucosa en los alimentos que lo contienen. El segundo y último es el manitol (E-421), muy extendido en la naturaleza ya que se encuentra en frutas, verduras, hongos, algas, etc. Se utiliza como edulcorante en chicles.

Como vemos la miel es un alimento compuesto por una gran variedad de sustancias diferentes de las que se han llegado a detectar más de 180. Es uno de los alimentos más ligados a la historia del hombre, prueba de ello, la tenemos en el Antiguo Egipto donde se utilizaba la miel como alimento, bebida (hidromiel) y medicamento.

La miel es una sustancia tan polifacética que hoy en día incluso se utiliza como conservante de algunos alimentos por sus propiedades antioxidantes y antimicrobianas.

Mª Jesús

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